El gobernante cubano, Miguel Díaz-Canel, arribó este domingo a San Petersburgo como parte de una visita oficial a Rusia, invitado por su homólogo Vladimir Putin.
La llegada se produjo a la 1:50 p.m. (hora local) en el aeropuerto internacional Púlkovo, donde fue recibido con honores por el gobernador de San Petersburgo, Alexander Beglov.
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Durante la ceremonia, resonaron los himnos nacionales de ambos países y la tradicional Guantanamera, mientras jóvenes rusas ofrecieron pan y sal, un gesto típico de bienvenida en la cultura local.
“Me siento como en casa”, expresó Díaz-Canel, acompañado por su esposa Lis Cuesta Peraza. La visita oficial se inscribe en el marco de dos conmemoraciones clave: el 80 aniversario de la victoria sobre el fascismo en la Segunda Guerra Mundial y los 65 años del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y la Federación de Rusia.
La delegación cubana está integrada por el canciller Bruno Rodríguez Parrilla; Emilio Lozada García, jefe del Departamento de Relaciones Internacionales del Comité Central del Partido Comunista de Cuba; y Oscar Pérez-Oliva, ministro de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, entre otros altos funcionarios.
Según informó la Presidencia de Cuba, el programa de la visita incluye recorridos por centros científicos vinculados a sectores estratégicos como la biotecnología, la energía y la inteligencia artificial, en una agenda orientada a reforzar la cooperación bilateral en áreas clave para el desarrollo de la Isla.
Ambas naciones impulsan una Hoja de Ruta común para profundizar los vínculos económicos y comerciales, mediante la implementación de una Agenda Económica Bilateral y un Convenio Marco que incentive la inversión rusa en proyectos conjuntos en Cuba. Estas acciones se enmarcan en un Plan de Desarrollo conjunto que abarca hasta el año 2030.
La visita no solo responde a las conmemoraciones oficiales, sino que también refleja una profundización de la dependencia política y económica del régimen cubano hacia Moscú. En un contexto de crisis energética y aislamiento internacional, el gobierno cubano busca en Rusia un respaldo estratégico para sostener su debilitada economía.
En los últimos meses, Rusia ha otorgado créditos millonarios a Cuba, incluyendo un préstamo de 60 millones de dólares para la compra de combustible y una donación adicional de 2 millones para la reparación del sistema energético nacional.
Este acercamiento también tiene implicaciones geopolíticas. El régimen cubano ha evitado condenar públicamente la invasión rusa a Ucrania y ha respaldado las posiciones de Moscú en organismos multilaterales.
La visita de Díaz-Canel a Rusia, en plena conmemoración del 80 aniversario de la victoria sobre el fascismo, es una oportunidad para escenificar la cercanía entre ambos gobiernos y consolidar una alianza que, lejos de ser meramente simbólica, tiene consecuencias concretas para la política exterior cubana.
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