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Lis Cuesta, esposa del gobernante cubano Miguel Díaz-Canel, tildó de desvergonzado e infeliz a Mike Hammer, sumándose así a la campaña de desprestigio lanzada por el régimen contra el funcionario estadounidense.
En su cuenta de X, Cuesta escribió este domingo: "Este desvergonzado lo que da es lástima... hay que ser muy infeliz para cumplir tan triste papel, no clasifica ni como enemigo de calibre. Asco de seres con los que nos ha tocado lidiar".
La ofensa lanzada contra el jefe de la misión de EE.UU. en Cuba la finalizó con un "Patria o muerte, venceremos".
En su tuit compartió otro con las palabras que Johana Tablada, subdirectora general de la Dirección de Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba (MINREX), lanzó sobre Hammer, luego de que este ofreciera una conferencia de prensa en Miami ante medios estadounidenses.
La funcionaria acusó a Hammer de mentir en sus declaraciones sobre el fracaso de la revolución por la falta de “electricidad, escasez de combustible, alimentos y medicamentos” sin que medie “ninguna política de los Estados Unidos”.
Como es usual en el discurso del régimen, Tablada no ha asumido responsabilidad alguna de la situación de crisis permanente en la isla y ha tachado de falsas las aseveraciones del diplomático.
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Asimismo, tildó a Hammer de injerencista por sus recientes recorridos por la isla para conocer la realidad del cubano de a pie y reunirse con actores de la oposición y la sociedad civil.
El pasado viernes, Hammer había afirmado en Miami que el descontento ciudadano en la Isla es generalizado y que “la gran mayoría” de los cubanos considera que “la Revolución ha fracasado”.
El funcionario, quien ha visitado todas las provincias del país desde su nombramiento, describió en conferencia de prensa un panorama desolador tras sus recorridos por la isla, donde ha visitado a representantes de la sociedad civil y activistas en medio de una estricta vigilancia policial.
“No hay electricidad; ya ven los apagones; hay escasez de combustible, de alimentos, de medicamentos. Y esto, la gente reconoce que los responsables son los del régimen cubano. No tiene nada que ver con ninguna política de Estados Unidos”, señaló.
El diplomático destacó que su misión ha sido escuchar de primera mano al pueblo cubano, incluidos sectores tradicionalmente vinculados al aparato estatal y que a pesar de la vigilancia que le han impuesto está determinado a continuar con estos recorridos.
Debido a su activa agenda de reuniones con actores de la sociedad civil, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba ha convocado en tres ocasiones a diplomáticos estadounidenses para expresar su “enérgica protesta” por lo que considera actos de “injerencia”.
Preguntas frecuentes sobre el conflicto entre Lis Cuesta y Mike Hammer
¿Por qué Lis Cuesta insultó al jefe de la Embajada de EE.UU. en Cuba?
Lis Cuesta insultó a Mike Hammer, jefe de la Embajada de EE.UU. en Cuba, llamándolo "desvergonzado e infeliz" en su cuenta de X. Este ataque forma parte de una campaña de desprestigio por parte del régimen cubano, que lo acusa de injerencia y de mentir sobre la situación en Cuba tras sus declaraciones sobre el fracaso de la Revolución.
¿Qué declaraciones hizo Mike Hammer sobre la situación en Cuba?
Mike Hammer, en una conferencia de prensa en Miami, afirmó que la Revolución cubana ha fracasado y describió un panorama desolador en la isla, mencionando la falta de electricidad, combustible, alimentos y medicinas. Aseguró que la mayoría de los cubanos culpan al régimen de Cuba por esta situación.
¿Cuál es la postura del régimen cubano ante las declaraciones de Hammer?
El régimen cubano, a través de funcionarios como Johana Tablada, ha acusado a Hammer de mentir y de injerencia, argumentando que las dificultades en la isla son consecuencia del bloqueo de EE.UU. y no de fallos internos del gobierno cubano. Han intensificado ataques verbales hacia Hammer, considerándolo un "emisario imperial".
¿Cómo ha reaccionado la población cubana a las declaraciones de Lis Cuesta?
Las declaraciones de Lis Cuesta han provocado reacciones de sarcasmo, indignación y frustración entre la población cubana. Muchos consideran que ella está desconectada de la realidad del país, y su mensaje ha sido visto como un insulto más que un reconocimiento a las dificultades que enfrentan los cubanos diariamente.
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