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El régimen cubano ha intensificado sus ataques discursivos contra Mike Hammer, jefe de la Misión Diplomática de Estados Unidos en La Habana, acusándolo de promover la “desestabilización del país” a través de su respaldo a miembros de la sociedad civil, activistas, periodistas independientes y familiares de presos políticos.
Mediante canales afines al régimen y publicaciones en redes sociales, se acusa a Hammer de actuar como “emisario imperial”, de violar los protocolos diplomáticos, y de impulsar una presunta estrategia de “guerra híbrida” contra Cuba. Se le vincula, entre otros, con reuniones sostenidas con José Daniel Ferrer, Berta Soler, y creadores de contenido.
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Estrategia propagandística: de la denuncia a la movilización
El discurso del régimen, abordado anteriormente por el medio oficialista Cubadebate, describe una supuesta estrategia en fases liderada por Hammer: victimización mediática de opositores, presión económica externa y promoción de cibercampañas desde el exilio cubano.
Además, retoma etiquetas como #FueraHammer y #CubaNoSeVende, con el fin de activar respuestas en redes sociales por parte de estructuras oficialistas.
En paralelo, la dictadura promueve la idea de que Estados Unidos estaría instrumentalizando a Cuba para “desacreditar modelos socialistas en América Latina” y abrir camino a intereses económicos en sectores estratégicos como la biotecnología o el turismo.
Reacción ante el activismo diplomático
Desde su llegada a La Habana en noviembre de 2024, Mike Hammer ha sostenido una agenda activa de reuniones con actores de la sociedad civil, lo que ha provocado un visible malestar en el aparato estatal. En los últimos meses, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba ha convocado en tres ocasiones a diplomáticos estadounidenses para expresar su “enérgica protesta” por lo que considera actos de “injerencia”.
A su vez, el oficialismo cubano ha utilizado discursos incendiarios y datos sin verificar para reforzar la narrativa de que EE.UU. está financiando a los opositores con fines desestabilizadores, citando a organismos como la NED (National Endowment for Democracy) o la USAID como fuentes de financiamiento extranjero para figuras como Soler o Ferrer, este último cumple nuevamente injusta prisión.
Contexto: deterioro de las relaciones Cuba–EE.UU.
El enfrentamiento diplomático se produce en medio de una relación ya tensa entre ambos países, marcada por la inclusión de Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo, el mantenimiento del embargo, y una política exterior estadounidense cada vez más crítica hacia el historial de derechos humanos del régimen.
Mientras tanto, Hammer ha continuado compartiendo públicamente su agenda en la isla, incluyendo visitas a presos políticos, templos religiosos y espacios cívicos, lo cual ha sido interpretado por el Gobierno cubano como una provocación directa.
Seguridad del Estado detiene a opositores antes de reunirse con el embajador
La organización no gubernamental Cubalex denunció el una nueva oleada de represión selectiva en Cuba, dirigida a impedir que activistas y opositores se reúnan con el jefe de la misión diplomática de Estados Unidos.
De acuerdo con varias publicaciones en la red social X, entre el 29 de abril y el 19 de mayo, se documentaron detenciones arbitrarias, citaciones, vigilancia domiciliaria e incomunicación contra al menos seis miembros de la sociedad civil independiente.
Desde su llegada a la isla en noviembre de 2024, el diplomático Mike Hammer ha mantenido una agenda activa de encuentros con opositores, periodistas, religiosos y familiares de presos políticos, los cuales ha documentado en sus redes sociales.
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