Víctor Manuel Izquierdo es uno de los 82 cubanos deportados este jueves 24 de abril a la Isla. En Estados Unidos deja a toda su familia; su mamá, Sandy Peralta; su abuela Delfina Torres, a quien está muy unido, y lo más importante, a su esposa, Zunami Pérez Alonso, ciudadana americana y madre de su único hijo, un bebé de un año y nueve meses.
En declaraciones a CiberCuba, la esposa del joven deportado pide que su caso sea revisado porque Víctor Manuel Izquierdo no tiene a nadie en Cuba, ni familia ni casa y, en cambio, en Estados Unidos deja todo lo que tiene en este mundo, incluido su único hijo. "No importó que tuviera familia en Estados Unidos. Pido que se toquen el corazón. Nadie quiere pasar por esto", dijo en declaraciones a CiberCuba.
Lo más leído hoy:
El joven accedió a territorio americano por la frontera de México en 2019, siendo menor de edad y en ese momento le dieron un documento I-220B. Desde entonces ha estado acudiendo a la cita anual con ICE (Servicio de Inmigración) acompañado de su mamá, pero en agosto de 2024 cumplió los 21 años y en la cita de este 28 de marzo de 2025 fue detenido en Tampa.
"Él tenía una petición de matrimonio, trabajaba, no tenía problemas legales, no tenía antecedentes penales. Él es muy correcto. Había entrado siendo menor de edad a este país. Teníamos muchas esperanzas de que tuvieran en cuenta todas esas cosas para que lo dejaran aquí, esperando su proceso de petición de matrimonio, reportándose, siempre haciendo todas sus cosas para que todo fluyera", explica su esposa, en un audio enviado a esta plataforma.
Hasta el momento de su arresto y posterior deportación a Cuba, Víctor Manuel Izquierdo trabajaba para una compañía de paneles solares y junto a su esposa tenía una vida estable, con ingresos estables e impuestos (taxes) al día, pero también con compromisos financieros por cubrir: el pago de los "bills" de la casa, los carros y todos los derivados del nacimiento de su hijo. Ahora su esposa se ve obligada a asumir en solitario todos esos gastos.
"Mi esposo siempre jugaba con el niño (su hijo); siempre estaba arriba de él jugando, dándole cariño, dándole amor y ya no está. En 24 horas me lo deportaron para Cuba y ni siquiera supe nada desde el momento en que se despidió de nosotros. Una agonía tremenda. No sabía qué había pasado; si estaba aquí todavía, si ya lo habían mandado, ni a qué ahora salía el vuelo, ni a qué ahora llegaba a Cuba. Yo me vine a enterar de que mi esposo estaba en Cuba porque tuve que rastrear su teléfono por la compañía telefónica para que me dijeran si el teléfono aún estaba en Estados Unidos. Esa fue la manera por la que me enteré de que Víctor había llegado a Cuba", añadió Zunami Pérez.
"Yo pido que, por favor, tengan un poco más de piedad, que se toquen el corazón con las personas que no tienen delitos, que solamente están trabajando, que solamente están luchando por un futuro. Mi esposo no tiene futuro ninguno allá donde lo enviaron. Él no tiene familia, no tiene hogar, no tiene casa allá, él no tiene absolutamente nada", concluyó.
Archivado en: