Leandro Rubén Garnica González, exoficial del temido Departamento de Seguridad del Estado (DSE) en la provincia cubana de Cienfuegos, ha abandonado voluntariamente Estados Unidos tras más de diez años de residencia permanente, en medio del creciente escrutinio hacia exfuncionarios represivos del régimen cubano que lograron establecerse en territorio norteamericano.
De acuerdo con la información proporcionada por el periodista Mario Pentón en sus diferentes canales de comunicación, su partida se produjo el pasado 16 de abril de 2025, según confirmó el canal de YouTube Molinos de Libertad, medio que primero reportó el caso.
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Garnica, quien llegó a Estados Unidos en 2013, intentó obtener la ciudadanía estadounidense, pero su solicitud fue rechazada por su pasado como represor, según reportes de la Fundación para los Derechos Humanos en Cuba (FHRC) y fuentes cercanas a su entorno familiar.
Aunque mantiene su estatus de residente legal, su regreso a la isla coincide con las acciones de vigilancia más estricta del gobierno estadounidense hacia exagentes del régimen cubano identificados por violaciones de derechos humanos.
Acusado de tortura y amenazas de muerte
El nombre de Garnica González figura en reportes de abuso dentro de las estructuras represivas cubanas, con acusaciones graves que incluyen tortura y coacción, según lo expuesto por el periodista radicado en Miami, Florida.
Uno de los casos más documentados es el del exprisionero político Jorge Luis Brito Rodríguez, arrestado en 1993 y sometido a brutales interrogatorios en el Departamento Técnico de Investigaciones (DTI) en Cienfuegos.
Según testimonios recogidos por la FHRC, Garnica habría participado directamente en métodos de tortura física y psicológica. La víctima denunció que, al negarse a firmar una declaración fabricada, Garnica lo amenazó con “sacarle el hígado por la boca a patadas”.
También lo mantuvo en aislamiento, le negó visitas familiares y lo expuso a golpizas ejecutadas por falsos presos comunes que luego fueron identificados como agentes encubiertos.
Una tendencia en aumento
La salida de Garnica se suma a la lista de presuntos represores cubanos que, ante el riesgo de ser procesados por sus crímenes en EE.UU., optan por regresar a Cuba de forma voluntaria. En meses recientes, se han registrado otros casos similares:
Evelio Eduardo Velázquez Infante, también exoficial del MININT, regresó a Las Tunas tras ser denunciado públicamente.
Misael Enamorado, otro implicado en actos represivos, abandonó EE.UU. bajo presión mediática.
Daniel Morejón García, fue detenido por el ICE tras ocultar información sobre sus vínculos con el régimen.
Juana Orquídea Acanda Rodríguez, deportada por su militancia comunista no revelada.
En la mira del Congreso
El caso de Garnica aparece en la lista de presuntos represores cubanos enviada por el congresista Carlos Giménez al Departamento de Seguridad Nacional (DHS), al Departamento de Estado y al Departamento de Justicia.
La misiva solicita la investigación de los individuos identificados, así como la revocación de estatus migratorio en caso de confirmarse su implicación en violaciones de derechos humanos.
La campaña impulsada desde el Congreso busca frenar el uso del sistema migratorio estadounidense como refugio para exfuncionarios del aparato represivo cubano, muchos de los cuales llegaron bajo beneficios migratorios como el parole humanitario o la Ley de Ajuste Cubano.
¿Reconocimiento implícito de culpabilidad?
Aunque Garnica González no ha sido detenido ni acusado formalmente por las autoridades estadounidenses, su regreso a Cuba —sin renunciar a su residencia— podría interpretarse como un intento de evitar una posible expulsión o proceso judicial.
El hecho alimenta el debate sobre la necesidad de filtrar más rigurosamente a los migrantes procedentes de regímenes autoritarios, especialmente a aquellos que han participado en mecanismos de represión.
En un contexto de mayor presión política y atención mediática, el mensaje parece cada vez más claro: Estados Unidos ya no será refugio para los represores del castrismo.
Preguntas frecuentes sobre la autodeportación de represores cubanos en EE.UU.
¿Por qué Leandro Rubén Garnica González se autodeportó de Estados Unidos?
Leandro Rubén Garnica González se autodeportó debido a su pasado como represor y el creciente escrutinio en EE.UU. hacia exfuncionarios cubanos vinculados a violaciones de derechos humanos. Aunque mantenía su estatus de residente legal, decidió regresar a Cuba probablemente para evitar un posible proceso judicial o expulsión. La Fundación para los Derechos Humanos en Cuba reportó su participación en actos de tortura y amenazas durante su tiempo como oficial del Departamento de Seguridad del Estado en Cienfuegos.
¿Qué acciones está tomando el Congreso de EE.UU. contra represores cubanos en el país?
El Congreso de EE.UU., liderado por el congresista Carlos Giménez, está solicitando investigaciones y la revocación del estatus migratorio de represores cubanos identificados en el país. Giménez ha enviado listas de presuntos violadores de derechos humanos al Departamento de Seguridad Nacional, al Departamento de Estado y al Departamento de Justicia, buscando frenar el uso del sistema migratorio estadounidense como refugio para estos individuos.
¿Cuántos represores cubanos han ingresado a Estados Unidos en los últimos años?
Según la Fundación para los Derechos Humanos en Cuba (FHRC), al menos 135 represores cubanos han ingresado a Estados Unidos o están en proceso de hacerlo desde la creación del proyecto "Represores Cubanos" en 2017. Estos individuos han sido identificados por su participación en graves violaciones de derechos humanos en Cuba y representan un riesgo para la seguridad en EE.UU.
¿Qué medidas está tomando el gobierno cubano ante la deportación de sus nacionales desde EE.UU.?
El régimen cubano ha expresado su preocupación por lo que considera políticas discriminatorias de EE.UU. contra cubanos. Sin embargo, estas declaraciones han sido recibidas con escepticismo debido al historial de violaciones de derechos humanos en la isla. La Habana intenta posicionarse como defensora de sus nacionales, mientras que críticos señalan que la preocupación real del régimen es mantener los flujos financieros de las remesas.
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